En la enfermedad cirrótica gran cantidad del tejido hepático normal se reemplaza por un tejido cicatricial no funcionante, por ende, se produce la alteración de la arquitectura hepática.

El hígado es un órgano con funciones muy importantes para nuestro organismo, regula niveles de glucosa y amoniaco en sangre, limpia y procesa las toxinas, produce proteínas entre otras funciones imprescindibles, como la producción de bilis.

Los datos que circulan alrededor la cirrosis son muchos y confusos, por eso repasamos los mitos y verdades sobre ella.

MITOS Y VERDADES.

1) “Solo padecen cirrosis quienes abusan del alcohol”. MITO.

Si bien el abuso crónico del alcohol se encuentra entre las causas más comunes de cirrosis, muchos de los pacientes cirróticos nunca tomaron alcohol en exceso. Esto es así porque son múltiples las razones que la producen, algunas de ellas, Hepatitis Virales Crónicas como B C y D, Hígado graso no alcohólico, Enfermedades genéticas, Enfermedades Autoinmunes.

2) “Hay medidas preventivas”. VERDADERO.

Hay situaciones que reducen el riesgo de padecer cirrosis adquirida como evitar el consumo crónico de alcohol, mantener un peso saludable y una alimentación sana, vacunarse contra la hepatitis, no compartir agujas, tener relaciones sexuales seguras. Es importante tener la información necesaria, siempre consultar con un/a medic@ de confianza.

3) “Solo da malestares digestivos”. MITO

Esto es un mito muy común, la cirrosis da múltiples manifestaciones, las náuseas son solo un síntoma de la larga lista que aparecen luego de mucho tiempo de permanecer silenciosa. Los síntomas más predominantes son fatiga, pérdida de peso, picazón en la piel, coloración amarillenta en los ojos, edemas, hemorragias con facilidad. Entre muchos más.

4) “Se caracteriza por dar muchas complicaciones”. VERDADERO.

Con la evolución en el tiempo y sin tratamientos, aparecen las complicaciones. Hinchazón en las piernas y el abdomen, sangrados por varices esofágicas y por mala coagulación, desnutrición, acumulación de toxinas que llevan a una encefalopatia, enfermedad ósea, piel amarilla.

5) “No hay tratamientos para hacer”. MITO.

Una vez instaurada es una enfermedad irreversible, en la que muchas veces la única opción es reemplazar el hígado enfermo por un sano con un trasplante. Sin embargo, si es diagnosticada de manera temprana y es tratada adecuadamente, se puede limitar o retrasar el avance y el daño. Además su médic@ puede recomendar varios tratamientos para ayudar a reducir la velocidad de la cicatrización y aliviar los síntomas.