Muchos conocen el Aceite de Oliva por su increíble sabor, pero ¿sabías que tiene muchos beneficios para tu salud que fueron comprobados por distintos estudios científicos? Acá te mencionamos 5 de ellos:
- Es una buena opción para regular el colesterol y eliminar los excesos de colesterol malo en el organismo. Esto es porque las grasas monoinsaturadas aumentan los niveles de colesterol bueno y estimulan la eliminación de colesterol malo previniendo al mismo tiempo problemas cardiovasculares. Lo más recomendable es utilizar un aceite de oliva extra virgen.
- El aceite de oliva puede retrasar el envejecimiento, gracias a la alta concentración de polifenoles y vitamina E que tiene como ingredientes principales. Estos actúan como antioxidantes naturales. Los cuales desempeñan un papel protector frente al estrés oxidativo celular.
- Es fuente de Vitaminas: Vitamina A: Es muy importante para la vista y para el sistema inmunitario. Vitamina D: Absorbe el calcio y fósforo, manteniendo fuertes los huesos. Pero no solo ellos, sino que también los músculos necesitan de esta vitamina para realizar sus movimientos. Vitamina E: Es un antioxidante muy potente. Vitamina K: Ayuda a la síntesis de los factores de coagulación de la sangre. También es necesaria para el crecimiento y el cuidado de los huesos.
- El aceite de oliva también ayuda a mejorar el aspecto del cabello y de la piel. Debido a su excelente composición nutricional puede otorgarle brillo al cabello y demás, permite fortalecer el crecimiento del mismo al fortalecer los folículos pilosos. En cuanto a la piel, el aceite ayuda a retrasar el envejecimiento.
- Disminuye la incidencia de complicaciones en los pacientes con diabetes tipo II. Un elevado consumo de grasa saturada conduce a sobrepeso y obesidad, importantes factores de riesgo para la aparición y empeoramiento de esta enfermedad, por eso las recomendaciones nutricionales para personas con diabetes tipo II, aunque individualizadas según las características del paciente, suelen incluir la dieta mediterránea y el consumo de ácidos grasos monoinsaturados, sobre todo ácido oleico.