Si hay algo que ha cultivado en nosotros el contexto de pandemia y prolongación de la cuarentena es nuestras ganas de viajar. No sólo para reencontrarnos con nuestros seres queridos y poder respirar un poco de aire fresco, sino también por una cuestión de salud. Las exigencias propias del estilo de vida en la actualidad sumadas a las situaciones de estrés agravadas por el confinamiento nos llevan a pensar en los viajes para sanear nuestro cuerpo, mente y alma. Y si hay un tipo de turismo que permite tratar estos tres elementos es el termal.

Para encontrar los orígenes de la práctica del termalismo debemos remitirnos a la prehistoria, cuando el hombre comenzó a observar que los animales heridos se acercaban a ciertos manantiales y luego de un tiempo mejoraban sensiblemente su estado. Desde ese momento, los fines terapéuticos de las aguas termales fueron el principal fundamento para recurrir a ellas. En Argentina, el desarrollo de numerosos centros termales impulsó también la motivación de visita con fines recreativos.

La combinación de fines recreativos y terapéuticos ha permitido que toda la familia pueda encontrar razones para visitar los centros termales. Es decir, las termas en Argentina dan respuestas tanto a quienes sufren alguna afección temporal o crónica y/o necesitan de tratamientos anti estrés, como también a aquellos que les interesa disfrutar de forma pasiva de las piletas de agua caliente junto a bellos paisajes o quienes buscan un disfrute más activo en los parques acuáticos que se han instalado en los últimos años.

Entre las múltiples opciones para disfrutar del termalismo en nuestro país, la provincia de Entre Ríos, con sus 16 complejos ubicados a lo largo y ancho de la provincia, es una de las destacadas. En este sentido, la provincia ha desarrollado 5 circuitos termales que permiten conectar la motivación de turismo salud con otros atractivos presentes en sus alrededores.

Los circuitos desarrollados son:
– *Costa del Paraná*
Incluye los complejos de La Paz, María Grande y Victoria. Están localizados en el Oeste de la provincia y se caracterizan por los paisajes que ofrecen sobre las barrancas del Río Paraná. Además su visita puede complementarse con actividades de pesca deportiva, gastronomía y carnavales durante el verano.

– *Circuito Termal del Centro*
Comprende a las localidades de Basavilbaso, identificada internacionalmente con el Circuito Histórico de las Colonias Judías, y Villaguay, que cuenta con unos de los complejos más abocados a los tratamientos terapéuticos. Para lo cual, cuentan con especialistas que abarcan distintas disciplinas de la medicina.

– *Región de Salto Grande*
Ubicada al Norte de la provincia, abarca las ciudades de Chajarí, Concordia y Federación. En la última se encuentra el Parque Acuático Termal más grande de Sudamérica y es el centro termal que dio el puntapié inicial al desarrollo termal en Entre Ríos en el año 1997.

– *Termas y Palmares*
Si ya de por sí la zona donde se encuentra Colón, San José y Villa Elisa era atractiva por sus extensas playas, bancos de arena y su cercanía con el Parque Nacional El Palmar, la instalación de complejos termales en estas ciudades apuntalan más aún esta región como destino turístico de excelencia.

– *Termas del Sur Entrerriano*
Concepción del Uruguay, Gualeguaychú y Pueblo Belgrano conforman el quinta circuito termal y combinan en su entorno historia vinculada al Caudillo J.J. Urquiza, cultura con el «Carnaval del País» y cercanía con Buenos Aires.

Como puede verse, los circuitos termales de la provincia invitan a toda la familia, desde los niños hasta los abuelos, a disfrutar de sus propiedades terapéuticas y de recreación y, por qué no, a pensar en el reencuentro y recuperar tiempo juntos al finalizar la cuarentena.