El mal aliento, también conocido como halitosis, puede dar vergüenza y, en algunos casos, incluso causar ansiedad.

Hay muchas razones por las cuales usted puede tener mal aliento. Puede ser porque no se cepilla o no usa el hilo dental frecuentemente. La bacteria que se acumula en su boca y entre los dientes produce mal olor. Otras causas pueden ser enfermedades de las encías, boca seca o caries, sinusitis u otros problemas con su nariz. Algunos alimentos también pueden causar mal aliento (o halitosis) como cebollas crudas, ajo o repollo. Por supuesto, fumar produce su propio mal olor. Así mismo, algunos medicamentos y enfermedades pueden causar un mal aliento característico.

Tener buenos hábitos dentales, como el cepillado y el uso del hilo dental, ayuda a combatir el mal aliento. Los enjuagues bucales, caramelos de menta o goma de mascar pueden refrescar su aliento.

Causas
La mayoría de los casos de mal aliento comienzan en la boca, y existen varias causas posibles. Algunas de ellas son:

1. Alimentos. La descomposición de partículas de alimentos en los dientes y alrededor de ellos puede aumentar la cantidad de bacterias y causar un olor desagradable. Comer ciertos alimentos, como cebollas, ajo y especias, también puede causar mal aliento. Después de digerirlos, los alimentos ingresan en el torrente sanguíneo, son transportados a los pulmones y afectan el aliento.

2. Productos del tabaco. Fumar provoca su propio olor desagradable en la boca. Los fumadores y quienes consumen tabaco, son más propensos a tener encías enfermas, otra fuente de mal aliento.

3. Mala higiene bucal. Si no te cepillas los dientes y usas el hilo dental a diario, habrá partículas que queden en tu boca y produzcan mal aliento. Se forma sobre los dientes una película incolora y pegajosa formada por bacterias (placa) Si no se la cepilla, la placa irrita las encías y finalmente forma bolsas llenas de placa entre los dientes y las encías (periodontitis). También la lengua puede atrapar bacterias que producen olor. En las dentaduras postizas que no se limpian con regularidad o que no calzan bien pueden quedar bacterias y partículas de alimentos que causan olor.

4. Boca seca. La saliva ayuda con la limpieza de la boca porque elimina las partículas que causan mal olor. Hay una enfermedad llamada «boca seca» o xerostomía que contribuye al mal aliento, puesto que con ella disminuye la producción de saliva. La boca seca ocurre naturalmente durante el sueño y a ella se debe el mal aliento de la mañana, que empeora si se duerme con la boca abierta. Si la boca seca es crónica, puede que la causen algún problema en las glándulas salivales y algunas enfermedades.

5.Medicamentos. Algunos medicamentos contribuyen a la sequedad de la boca y, por lo tanto, indirectamente provocan mal aliento. Otros se descomponen en el organismo y liberan sustancias químicas que se transportan al aliento.

6.Infecciones en la boca. El mal aliento puede ser causado por las heridas quirúrgicas después de una cirugía bucal, como la extracción de un diente, o porque tienes caries, enfermedad de las encías o llagas bucales.

Otras afecciones de la boca, la nariz y la garganta. En ocasiones, el origen del mal aliento pueden ser pequeñas piedras que se forman en las amígdalas y se cubren de bacterias, lo que produce olor. También las infecciones o la inflamación crónica en la nariz, los senos paranasales o la garganta, que contribuyen al goteo nasal posterior, pueden provocar mal aliento.

Otras causas. Como resultado de las sustancias químicas que producen, enfermedades como algunos cánceres y afecciones como los trastornos metabólicos pueden provocar un aliento con olor particular. El reflujo crónico de los ácidos estomacales (reflujo gastroesofágico o GERD) puede asociarse con mal aliento. En los niños pequeños, el mal aliento puede ser causado por algún cuerpo extraño, tal como un trozo de alimento, alojado en una de las fosas nasales.

Tratamiento
Para reducir el mal aliento, prevenir las caries y disminuir tu riesgo de sufrir enfermedades de las encías, mantén siempre una buena higiene bucal. El tratamiento posterior para el mal aliento puede variar, según la causa. Si se piensa que tu mal aliento se debe a una afección no diagnosticada, es probable que el dentista te derive a tu médico de cabecera.

Si se trata de causas relacionadas con la salud bucal, el dentista trabajará contigo para ayudarte a controlar mejor esa afección. El tratamiento dental puede incluir:

Enjuagues bucales y dentífricos. Si tu mal aliento se debe a una acumulación de bacterias (placa) en los dientes, el dentista puede recomendarte un enjuague bucal que elimine las bacterias. El dentista también puede recomendarte un dentífrico que contenga un agente antibiótico para eliminar las bacterias que causan la acumulación de placa.

Tratamiento de enfermedades dentales. Si tienes una enfermedad de las encías, es posible que te deriven a un especialista en encías (periodoncista). Las enfermedades de las encías pueden hacer que las encías se replieguen y se alejen de los dientes, lo que deja huecos profundos que se llenan de bacterias causantes de olores. A veces solo una limpieza profesional puede eliminar estas bacterias. El dentista también podría recomendarte el reemplazo de restauraciones defectuosas de piezas dentales, un caldo de cultivo para las bacterias.

Prevención del mal aliento
1. Lávate los dientes después de comer. Llévate un cepillo de dientes al trabajo para usarlo después de comer. Lávate los dientes con un dentífrico con flúor por lo menos dos veces al día, especialmente después de las comidas. Se ha demostrado que los dentífricos con propiedades antibacterianas reducen los olores del mal aliento.

2. Usa hilo dental al menos una vez al día. El uso correcto del hilo dental elimina partículas de alimentos y placa bacteriana entre los dientes y ayuda a controlar el mal aliento.

3. Cepíllate la lengua. La lengua contiene bacterias y cepillártela con cuidado puede reducir el olor. Las personas que tienen una lengua recubierta de un crecimiento significativo de bacterias (por fumar o por sequedad de boca, por ejemplo) pueden beneficiarse con el uso de un rascador lingual. O usa un cepillo de dientes que tenga un limpiador de lengua incorporado.

4. Limpia la dentadura postiza o los aparatos de ortodoncia. Si usas un puente o una dentadura postiza, límpialos completamente al menos una vez por día o según lo que te indique el dentista. Si tienes un retenedor de ortodoncia o un protector bucal, límpialos siempre que te los coloques en la boca. El dentista puede recomendarte el mejor producto de limpieza.

5. Evita la sequedad de boca. Para mantener la boca húmeda, evita fumar y bebe mucha agua: no bebas café, refrescos ni alcohol, que pueden provocar una boca más seca. Mastica goma de mascar o chupa un caramelo (preferentemente sin azúcar) para estimular la saliva. Para la sequedad de boca crónica, el dentista o el médico puede recetar una preparación de saliva artificial o un medicamento oral que estimule el flujo de saliva.

6. Ajusta tu dieta. Evita alimentos como cebollas y ajo que pueden causar mal aliento. Comer muchos alimentos azucarados también está relacionado con el mal aliento.

7. Compra un cepillo de dientes nuevo con regularidad. Cambia tu cepillo de dientes cuando esté desgastado, cada tres a cuatro meses aproximadamente, y elige un cepillo de cerdas suaves.

8. Programa controles dentales regulares. Visita a tu dentista de manera regular, generalmente dos veces por año, para que revise y limpie tus dientes o dentadura postiza.