El 21 de noviembre se celebra en Argentina el día de la enfermera. La conmemoración se remonta a 1935, cuando se fundó la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería, cuya patrona es la Virgen de los Remedios, festividad que se celebra también los 21 de noviembre.
Verdaderos profesionales formados en universidades y escuelas especializadas para prestar servicios en la prevención de las enfermedades, promoción, protección y recuperación de la salud, así como en la rehabilitación ya sea individual y comunitaria.
Con absoluta falta de información respecto del rol clave que cumple hoy la enfermería en los sistemas de salud del mundo, por ser bien pensante, el Gobierno porteño pergeñó una reforma que desconoce a los licenciados en enfermería como profesionales y los considera personal del Escalafón General, lo que significa perjuicios remunerativos y de condiciones laborales. La nueva normativa también desconoce a los licenciados en Instrumentación Quirúrgica, y los licenciados en Bioimágenes como profesionales de la salud, quienes de esa manera tampoco podrán ser parte de la carrera hospitalaria.
Desde hace varios años, los enfermeros reclaman ser reconocidos como profesionales, ya que esto implicaría un aumento salarial -cerca de un 30% de diferencia-, una jornada laboral más corta -de un mínimo de 30 horas semanales a 24- y beneficios como licencia por estrés, entre otros.