Es muy importante evitar el uso de las palabras niño o bebé cuando se informa sobre aborto. Su uso es incorrecto en este contexto. El embrión o feto no es un bebé. Mucho menos un niño.

¿Cuál es la diferencia?

Embrión: producto de la división del cigoto hasta el fin del estadío embrionario (8 semanas después de la fecundación).

Feto: producto de la fecundación desde el fin del desarrollo embrionario, a las 8 semanas después de la fecundación, hasta el aborto o el nacimiento.

Y sobre este punto, dos aspectos importantes a tener en cuenta:

  1. “Un embrión en gestación no es un ser humano, es un embrión. Un embrión no podría llegar a término fuera del útero materno. No es correcto decir que un embrión es una persona porque no es una persona desde el punto de vista biológico y social”, explicó durante la etapa de audiencias en la Cámara de Diputados Alberto Kornblihtt, doctor en Ciencias Químicas, licenciado en Ciencias Biológicas, investigador superior del Conicet y docente en Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “El derecho a la salud de la mujer está por encima¨, agregó.
  2. Y, por otro lado, hay que tener en cuenta la cuestión jurídica y la diferencia si el feto aún no nació o nació con vida. “Si aún no nació, los derechos civiles que se le puedan reconocer quedan latentes hasta el nacimiento con vida, cuando la protección de la persona es plena. La posibilidad de reconocer a una persona está sujeta al nacimiento con vida -explicó Marisa Herrera, abogada, investigadora del Conicet-. La Corte Interamericana de Derechos Humanos habla de protección gradual, no es lo mismo ser persona que feto. El feto tiene menos protección que una persona nacida”.