La boca e s una zona delicada. No solo tiene un impacto estético muy importante cuando nos relacionamos con los demás, sino que, además, los problemas de salud en esta zona pueden afectar a nuestro bienestar global.
En general, los implantes, que son una especie de tornillo en el hueso de la mandíbula sobre el que se asienta el diente “nuevo”, se colocan cuando falta una pieza dental (por una enfermedad o un traumatismo) o cuando hay que eliminar uno natural (por una gran destrucción del diente debido a una caries) y se debe sustituir por uno artificial.
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Los implantes solo son adecuados para personas mayores: FALSO: Sí que es cierto que en pacientes jóvenes se debe esperar a que finalice el crecimiento óseo, entre los 17-19 años.
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La colocación de un implante dental es un proceso muy doloroso. FALSO: Es un tratamiento complejo, pero no doloroso. Además, el postoperatorio tampoco es especialmente doloroso.
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Cualquier persona se puede poner un implante. VERDADERO: Es esencial que el paciente esté con su salud sistémica controlada. Los que padecen de enfermedades cardíacas o diabetes, por ejemplo, pueden someterse al procedimiento siempre que su enfermedad esté bajo control.
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Tras perder un diente, el implante debe ser inmediato. VERDADERO: Tras la pérdida del diente, se desarrolla un proceso fisiológico de resorción ósea que varía de persona a persona y puede dificultar la instalación del implante si tarda la colocación.
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Fumar obstaculiza el tratamiento. VERDADERO: Fumar aumenta el riesgo de infección después de la cirugía, causando un proceso de curación más lenta. Las investigaciones muestran que la tasa de fracaso del implante aumenta 20% en fumadores al ser comparados con los no fumadores.