Luego de una temporada sin exponerse a la luz solar, comienzan los días donde estamos constantemente en contacto con ella y son muchas las personas que ante esto, sufren la mal llamada «Alergia al Sol.»
Se usa este término para definir varias reacciones cutáneas que se dan en personas propensas que junto con el impacto de los rayos UVB Y UVA se van a desencadenar.
Si prestamos atención, luego de unas horas o un día al aire libre, las zonas más expuestas como cuello, pecho y brazos, comienzan con un sarpullido, granitos, o a veces como ronchas que asemejan a una picadura de insecto, con picazón o no. Lo más característico es el enrojecimiento, con descamación, que en ocasiones causa molestias que nos llevan a consultar.
Las causas más frecuente son:
○ Exposición a ciertas sustancias como fragancias, cremas, desinfectantes.
○ Medicamentos como antibióticos, analgésicos, antihipertensivos.
○ Tener un familiar con el mismo cuadro.
○ Tener una alteración de la piel como dermatitis o rosácea.
Recomendamos prestar atención a cuando aparecen los síntomas para relacionarlos con el sol. Tratar que la exposición sea gradual, evitando las horas picos, de 10am a 16pm, siempre tener como amigo el protector solar con factor 30 como mínimo, remendado factor 50 y aplicarlo generosamente y cada dos horas, para evitar la exposición solar brusca sumamos gorra, gafas.
Como siempre, evitar los desencadenantes conocidos horas antes de exponernos al sol, y esquivar el sol durante el tratamiento con determinados fármacos.
Ante síntomas que no desaparecen o que causen mucho malestar, siempre consultar a un profesional para disfrutar el verano sin complicaciones.