Tod@s nos sentimos ansios@s más de una vez en la vida y está bien que así sea, la Ansiedad es un sistema de alerta que se activa para prepararnos ante un posible peligro o amenaza futura.
Esta reacción emocional es puramente adaptativa, sin embargo, cuando aparece en exceso ante situaciones que no es necesaria o se vuelve duradera por demás y se intensifica, se vuelve inútil y desadaptativa, alterando la vida de las personas, pudiendo llegar a ser un trastorno con consecuencias negativas.
Según explica la Clínica Mayo, sus síntomas son:
· Nervios, agitación o tensión.
· Percibir peligro inminente, pánico.
· Tener aumento del ritmo cardíaco y respiración acelerada.
· Presentar sudoración y temblores.
· Sentir debilidad o cansancio.
· Constante dificultad para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
· Dificultad para conciliar el sueño.
· Sufrir problemas gastrointestinales.
· Dificultad para controlar las preocupaciones.
Son miles las búsquedas en internet dedicadas a cómo evitarla, reducirla o tratarla y también son muchas las ideas equivocadas acerca de la ansiedad.
Mitos más comunes.
MITO #1. No es necesario un tratamiento para la ansiedad.
Es muy común creer que la ansiedad va a desaparecer por sí sola, pero no siempre es así. Este mito puede llevar a que la persona se acostumbre a vivir con un cierto grado de ansiedad pudiendo agravarse los síntomas.
MITO #2. Evita aquello que te altera y así desaparecerá.
La muy extendida creencia de evitar situaciones que provocan ansiedad ayudará es falsa, de hecho los profesionales recomiendan que la persona gane herramientas para manejar la ansiedad enfrentándose a la situación.
MITO #3. La ansiedad no es un problema tan común.
Esto es muy equivocado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno de ansiedad afecta cada día a más de 300.000 millones de personas alrededor del mundo. Por lo que merece especial atención por parte de l@s profesionales de la salud.
MITO #4. La ansiedad ocurre a las personas débiles.
Otro mito que genera una concepción errada de la ansiedad. No es síntoma de fragilidad, cualquier persona puede padecerla, independientemente de su personalidad. El miedo no siempre es responsable, puede ser por una gran cantidad de causas, no debe asociarse con debilidad.
MITO #5. La ansiedad sólo provoca síntomas emocionales.
Además de afectar cómo te sientes, es común que se acompañe de síntomas fisiológicos, como taquicardia, náuseas, dolor de estómago, dolor de cabeza, vértigos. Afecta tu capacidad de concentración, memoria y calidad de sueño.
A pesar de que la ansiedad puede tener sintomatología similar, cada ser humano es diferente. Por ende, no es igual el tratamiento o las recomendaciones que se pueden encontrar en internet, es necesario evitar la automedicación.
Buscá el tratamiento adecuado para ti con la ayuda de profesionales de la salud.