Linfoma es un tipo de cáncer de la sangre que aparece por una proliferación anormal de células malignas, en particular, de un tipo llamado linfocitos que son los encargados de actuar contra las infecciones.
  • Por lo general los linfomas se identifican porque los pacientes o los familiares notan alguno de los siguientes síntomas.

    • Fatiga o cansancio extremo
    • Fiebre mayor a 38° centígrados
    • Sudoración nocturna excesiva
    • Dificultad para respirar
    • Sonidos al respirar, como si hubiera un pito en el pecho
    • Inflamaciones en la cabeza o el cuello, sin dolor
    • Dificultades para pasar la comida
    • Inflamación de los ganglios linfáticos, sin dolor
    • Disminución del peso.

  • Los linfomas se dividen en dos grandes categorías: linfomas de Hodgkin (también conocido como Enfermedad de Hodgkin) y linfomas No Hodgkin. De ambos, el linfoma No Hodgkin es el tipo más común y de mayor incidencia.
  • El linfoma de Hodgkin es una forma de linfoma maligno poco frecuente. Cualquier tipo de linfoma maligno que no sea un linfoma de Hodgkin se denomina linfoma No Hodgkin (LNH).

    Existen más de 30 subtipos diferentes de linfoma No Hodgkin, que se clasifican generalmente en dos grupos, dependiendo de la velocidad de crecimiento del tumor:

    1. Indolente o de bajo grado: las células tumorales se dividen y multiplican lentamente, lo cual dificulta el diagnóstico inicial. Los pacientes con linfoma indolente pueden llegar a vivir muchos años con la enfermedad, aunque el tratamiento habitual no puede curarlo en sus estadios avanzados.
    2. Agresivo o de alto grado: las células tumorales se dividen y multiplican rápidamente. En este caso, si no recibe tratamiento a tiempo, la enfermedad puede ser mortal en un plazo de seis meses a dos años. Un adecuado tratamiento del LNH agresivo puede conseguir la curación de los pacientes.
  • Cada 90 segundos se diagnostica a una persona en el mundo, y produce 200 mil muertes al año. En Argentina, 82% de los pacientes con linfoma desconoce la enfermedad.
  • Es un cáncer muy tratable. Los pacientes tienen acceso a protocolos de tratamiento muy efectivos y se estima que más o menos el 50 por ciento de los diagnosticados con linfoma no Hodgkin pueden tener un muy buen resultado, incluso la cura del linfoma.